COAG valora positivamente que se haya tenido en cuenta la delicada situación que está afectando al sector vitivinícola y acoge las medidas de flexibilidad de carácter técnico y administrativo que ha propuesto para introducir en los Programas de Apoyo Nacionales y en el régimen de autorizaciones de viñedo.

La Comisión ha propuesto además una serie de medidas de intervención en el mercado que dotadas de un presupuesto adecuado podrían ser eficaces para que el sector pudiera evitar un grave desequilibrio y un colapso general, ante la inminente nueva cosecha.

Sin embargo, en esta situación extraordinaria, los instrumentos previstos en la PAC, no son suficientes para afrontar las consecuencias de una situación para la que nadie estaba preparado. Por ello se requiere que la Unión Europea disponga de un presupuesto extraordinario habilitado a tal efecto, que podría complementarse con fondos adicionales del Gobierno de España y con urgencia máxima para evitar que miles de viticultores y cientos de bodegas, tenga que dejar la cosecha o echar el cierre a sus negocios. Este fondo extraordinario no debería provenir de lo que al sector ya le corresponde y que en su mayor parte ya está ejecutado o está ejecutándose.

Medidas como la cosecha en verde, la destilación de crisis o el almacenamiento privado temporal para vinos de calidad cuya comercialización pueda ser aplazada sin sobrecargar los mercados, deben también tener financiación europea con presupuesto extraordinario al margen de los Programas de Apoyo Nacionales, con un complemento el estado miembro.

Por último, una vez que las actividades se reinicien, de forma excepcional, se debe permitir la promoción del vino también en el mercado interior (nacional y de la UE).